Último día en Amsterdam.
¿Cuál es la mejor manera de empezar un domingo? Obviamente con un súper brunch. Me había recomendado mi amiga María un sitio que se llama Bakers & Roasters y como esta ubicado muy cerca de la zona de los museos allí nos fuimos. El sitio es brutal. Eso sí, hay más o menos unos 45 minutos/1 hora de espera. Os apuntan en una tablet y os podéis ir por ahí, no tenéis que esperar in situ. La comida muy muy buena, de precio guay y si estáis por la zona no os lo podéis perder (precio aproximado 15-20 euros persona).
Al acabar de desayunar nos fuimos de museos. Los más famosos son el Rijksmuseum, que para que os hagáis una idea es similar a el Prado o el Louvre, y el museo Van Gogh, que como su nombre indica acoge gran parte de la obra del pintor. Yo ya había ido a los dos en mi otra visita a la ciudad, así que decidimos ir al MOCO Museum que además tenía una expo de Litchestein y de Banksy. Yo soy super fan de los dos, sobre todo de Banksy y tengo que deciros que la exposición es increíble y que si os gusta este tipo de arte lo vais a gozar. El precio de la entrada es de 12 euros persona.
Al acabar la visita anduvimos más y más (no sé la de kilómetros que hemos hecho en este viaje, jaja), fuimos paseando hasta El Barrio Rojo a hacer las fotos en el puente con flores que veréis en este post, y a verlo de día en profundidad. Después volvimos a la zona de las tiendas a hacer últimos recados, salió el sol y nos tomamos una Coca Cola en una terraza al ladito de un canal. Al volver hacia la plaza Dam localizamos el mejor local de patatas fritas de Amsterdam. Los conos de patatas es un snack super típico, pero tenéis que buscar los genuinos. No sé el nombre de este, pero está justo al lado de la tienda de & Other Stories y lo reconoceréis porque tiene una cola kilométrica.
Cargados de bolsas y souvenirs nos acercamos al hotel a dejar las cosas y cambiarnos. Nuestro plan era hacer el crucero por los canales a la noche y ya teníamos los tickets comprados, pero resulta que cuando llegamos ya estaba cerrado, así que nos quedamos con las ganas y con cara de tontos. Así que fijaros bien en los horarios.
Fuimos al Barrio Rojo otra vez, a tomar cerveza, bitterballen y cofres otra vez. Por que si no repitiéramos plan que nos gusta en un viaje no seríamos nosotros.
Y así, riendo y tomando cerveza en las calles de Amsterdam termina nuestro viaje. Con muchas ganas de volver una y otra vez.
Bakers & Roasters